Desde la Fundación Provocando la Paz queremos transmitir nuestra preocupación por la desaparición de 10.000 niños. La Oficina Europea de Policía (Europol), según sus previsiones más conservadoras, calcula que al menos 10.000 niños refugiados han desaparecido nada más llegar a Europa. Algunos de ellos han acabado con familiares sin conocimiento de las autoridades, pero otros se encuentran en manos de organizaciones de tráfico de personas.
Se calcula que en 2015 llegaron a Europa unos 270.000 niños refugiados y cerca de 26.000 de ellos iban sin acompañamiento. En medio del enorme descontrol sobre el flujo migratorio, la Europol no ha podido evaluar hasta ahora las terribles consecuencias de este desplazamiento en los niños.
De acuerdo con las investigaciones de la Europol, existe una infraestructura criminal paneuropea, relativamente nueva y enormemente sofisticada que ha fijado su objetivo en los refugiados. Esta organización criminal habría aparecido hace 18 meses y tendría sus epicentros en Alemania y Hungría, país este último que sirve como centro de tránsito desde el cual las redes de trata humana reciben a los menores procedentes de Italia o Suecia y los distribuyen por el resto del continente.
Las últimas investigaciones apuntan a que bandas criminales que secuestran a los niños refugiados se asocian con organizaciones de explotación sexual y esclavismo.
A pesar del esfuerzo, los expertos temen que futuras decisiones políticas puedan agravar aún más la situación, que se podría calificar de cruel violación de los derechos del niño. Cruel destino para los niños, pero también nos hace reflexionar sobre la extrema crueldad de una parte de la condición humana, que es capaz de aprovecharse de una situación así y de destruir la vida de miles de inocentes menores traficando con ellos y ganando un dinero manchado de explotación infantil que les debería hacer explotar la conciencia.