Desde la Fundación Provocando la Paz condenamos el ataque terrorista contra el Parlamento de Túnez y el museo del Bardo, uno de los más importantes del país, donde habían cogido rehenes.
22 personas inocentes, 17 de ellas turistas de seis nacionalidades, perdieron la vida en el ataque, dejando también 24 heridos. Esta masacre consideramos que es un ataque a la débil democracia tunecina y a las instituciones culturales de ese país. Una vez más los asesinos se muestran intolerantes y quieren imponer su ley a la fuerza. En este caso, no han dudado en atacar a unas personas cuyo único delito era interesarse por la cultura.
Queremos remarcar el valor de toda vida humana y destacar que no hay nada que justifique la muerte de otra persona. Este atentado, como cualquier acto terrorista, es algo cobarde e inútil.
Nos manifestamos claramente en contra del extremismo violento.
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