El anciano sacerdote Jacques Hamel, de 84 años, trabajaba desde hacía diez años en la iglesia de Saint Etienne du Rouvray (norte de Francia). Esa mañana estaba celebrando la Misa acompañado de algunos feligreses, cuando fue interrumpido por dos atacantes que entraron en la iglesia armados con cuchillos y profiriendo proclamas islamistas. Los terroristas cerraron las puertas del templo y mantuvieron retenidas a cinco personas.
Hicieron una especie de sermón en árabe en torno al altar, obligaron a arrodillarse al sacerdote y lo degollaron. Después, atacaron a una mujer, que se debate entre la vida y la muerte.
Vaya atajo de cobardes: atacar a un sacerdote de 84 años y a una mujer. Además de fanáticos y dictadores, COBARDES.
Como todo acto terrorista, es una muerte inocente y absurda, pero muestra algo muy peligroso: la provocación a la confrontación entre religiones.
Desde Provocando la Paz condenamos este cruel asesinato. Queremos remarcar el valor de toda vida humana. Y apostamos por un mundo más habitable donde no sea pecado rezar ni ser de una religión determinada.
Desde Provocando la Paz condenamos este cruel asesinato. Queremos remarcar el valor de toda vida humana. Y apostamos por un mundo más habitable donde no sea pecado rezar ni ser de una religión determinada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario