Estos días un refugiado con seis hijos en un campo de refugiados nos dijo que había perdido la esperanza en la humanidad. Creemos que es lo más triste del mundo que alguien te diga esto.
Pero al llegar nosotros, con la guitarra, la cocina, las ollas, la comida caliente, el hecho de sentarnos a su lado y preocuparnos de su familia... nos dijo que había recuperado la esperanza en la humanidad, lo cual es lo más grande.
Esta esperanza no la debería perder nadie. Es cuestión de poner humanidad y calor donde hay inhumanidad, y ser una pequeña luz en el horizonte, para iluminar a los que viven en la oscuridad, y guiar sus pasos por el camino de la paz.
Desde nuestro compromiso con la humanidad, el equipo de Provocando la Paz os deseamos
FELIZ NAVIDAD
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